Escrito por: Carlos Arturo Moreno De la Rosa
Tal parece que la Ley Humana ya no funciona… la única ley es la muerte.
.
La Ley existe para regular las interacciones humanas, porque bien sabemos que el ser humano es salvaje por naturaleza, es una bestia a la que hay que domar, civilizar, inculturizar. El hombre nace siendo un incivilizado, nace solo satisfaciendo sus necesidades fisiológicas, nace siendo puro “Ello”. Se rige bajo el principio del Placer, es un hedonista consumado. Pero para que exista la Cultura, la Civilización, sus padres se encargan de domarlo, de apaciguarlo, de hacerlo “humano”.
El ser humano firma un contrato para poder desenvolverse en sociedad, para poder respetar a su prójimo, al otro, al contrario; en muchos, en lo más recóndito de su inconsciente existe el deseo de matar a sus enemigos, pero eso no está permitido, eso va contra la ley, contra la Constitución, contra la propia Civilización y contra lo estipulado en los Mandamientos de la Ley de Dios.
Pero tal parece que esa ley que nos ha convertido en “animales racionales” ya no funciona, ya no tiene vigencia, lo único que funciona es la ley de la selva, matar, destruir, sobrevivir.
Vivimos en una Civilización sin Ley, sin tomar en cuenta la corrupción, el quebranto y la violación de las mismas. Una “Cultura de la Muerte”. Sigmund Freud hace más de cien años había dicho que preferimos reprimir nuestra pulsión de muerte (Tánatos) en aras de una Civilización, esa Civilización que hoy estamos siendo testigos de su resquebrajamiento.
El hombre tiene en su corazón el potencial para hacer el bien pero también para hacer el mal. Para amar pero también para odiar. Para construir pero también para destruir. Eros y Tánatos perviven en el corazón, en la mente, en la esencia de la naturaleza humana. Hasta hace poco ese equilibrio sí había funcionado, vivíamos en una “Cultura del Respeto” vivíamos bajo el precepto de los valores “Universales” como la Honestidad, el Amor, la Solidaridad, la Tolerancia, etc. pero día a día, momento a momento la humanidad poco a poco, lentamente está mostrando su verdadero rostro, ya se cansó de jugar al hipócrita, al filántropo, al altruista, lentamente está resurgiendo la bestia, lentamente están saliendo las cucarachas enquistadas a lo largo de la evolución filogenética, para donde volteemos podremos encontrar claros ejemplos de dicha debacle, como menciona Fabrizio Mejía Madrid: “el ciudadano ha dejado de ser un simple mortal y se ha convertido en un enemigo en potencia”.
La Muerte como cultura, ya lo había vaticinado el Papa Juan Pablo II: “Vivimos una cultura de la Muerte”. ¿Qué diría Freud si viviera hoy en día? De seguro cambiaría en algo su hipótesis de la represión de las pulsiones, se reprimía el Eros y con ello el Tánatos, pero ahora la realidad es otra. Se creyó librar al Eros (sexualidad desenfrenada, libertinaje, placer por el placer…) y con ello se dejó libre el Tánatos (muerte, destrucción, odio, envidias…). Habrá que volver a reprimir al Eros, para que con ello volvamos a reprimir al Tánatos, seríamos más infelices, pero viviríamos más seguros.