LUCA: El Origen de la Vida

Filogénesis desde LUCAPara comprender el puesto del Hombre en la Naturaleza desde la filogenética me remonto a cuatro autores básicos dentro de mi concepción de la esencia del Ser Humano: Desmond Morris (El Mono Desnudo), Konrad Lorenz (Fundamentos de la etología, La decadencia del Hombre) Carl Sagan (Los Dragones del Edén) e Igor Caruso (La personalización: Biología y Sociedad).

Todo comienza con el origen de la tierra (hace 4,700 millones de años aproximadamente) cuando en un lugar del Universo ocurrió la Gran explosión (hace 15 mil millones de años), y por coincidencias misteriosas aunado a uniones insospechables se formó lo que llamamos Planeta tierra, imaginémosla allí sola, sin vida, inerte, como un punto existencial en el Universo, como esperando algo, no se qué, pero algo, como diría Jaime Sabines, con mucha paciencia, demasiada paciencia, sabedora de que dentro de ella se gestaría algo, no sabía qué pero algo.

Y el tiempo trascurrió y no pasaba nada, la tierra seguía siendo esa bola incandescente, ardía, quemaba, sufría, lloraba, pero seguía esperando, reflexionando, esperando.

Un día amaneció constipada, algo le pasaba, ya no era esa bola flamante, esa bola de fuego, se había apagado, ahora temblaba de frío, recordaba aquellos momentos con nostalgia cuando estaba llena de calor, ahora se había convertido en un témpano de hielo, no sabía lo que le ocurría, por su mente pasaba la idea de renunciar a tal proyecto que ni se imaginaba en qué consistiría, aguantar años y años allí, sola, sin alguien que le hiciera compañía, sola, congelándose, sin nadie que cuando menos le trajera un cobertor, una calentador, un cerillo.

Cambios, mutaciones, metamorfosis, transformaciones, sufrió, se enojó, se aburrió, durmió noches y días enteros; la tierra había madurado, la tierra había crecido, había cumplido sus primeros 700 millones de años, conflictos internos ya los conocía hasta la saciedad, volcanes, erupciones, la iban preparando, de todo aprendía, por ejemplo aprendió a respirar, a levantarse temprano, a dormir, a descansar, inventó la lluvia para divertirse…

Y llegó el día, ese día tan esperado, tuvieron que pasar 700 millones de años, “ahora sí” dijo “ya estoy preparada” “venga lo que venga aquí estoy”, 700 millones de años le bastaron, creyó suficiente ese tiempo para madurar, para crear, para concebir, para dar a luz, para manifestarse, para trascender, para dar amor y en lo más íntimo de sus deseos recibir amor, cariños, ternura, cuidados, compañía.

Un día se levanta a realizar su rutina, y lo vio, allí lo vio, allí estaba, en lo más profundo de su vientre, en las profundidades del mar, del agua, del océano, fue un encuentro casi divino, celestial, el tiempo se detuvo, el corazón dejó de latir por unos instantes, no quería hacer ningún ruido extraño, la Madre Tierra se encontraba con algo que la sorprendió, la dejó inmóvil, le quitó el aliento, dejó de respirar, no se si por el miedo de contaminarlo o por el asombro, resultó imposible reprimir una lágrima, su respiración era lenta, muy lenta, pausada, inmóvil allí, viéndolo, su primer brote de vida en potencia, su primer creación, tanto tiempo esperando, millones y millones de años, no nueve meses sino millones y millones de años, y helo allí, indefenso, pequeño, diminuto, el origen de la vida, un puntito pequeñísimo, muy muy pequeño, la tierra lo acogió, lo abrazó, lo mimó, lo cuidó; la Madre Tierra ya no estaba sola, había dejado atrás esos momentos de depresión, ahora su vida tenía sentido, cuidar a ese Organismo, la Tierra se dio cuenta que había valido la pena haber esperado 700 millones de años, allí estaba su creación, el origen de la vida,  esa noche no durmió, se la pasó velando el sueño a ese puntito, la tierra tan grande, tan majestuosa, pudiendo ser Narcisista y no preocuparse por una cosa tan pequeña decidió olvidarse de sí misa, eso la tenía muy contenta, la Tierra por primera vez había conocido lo que era la felicidad, sonrió complacida, vivía el momento, el presente, ¿qué era ese día comparado con los millones de años de espera?

A la mañana siguiente, ese puntito despierta, se aclimata, se mueve,  la Tierra para protegerle se inventa una capa, para que el sol no le moleste. “Te llamaré LUCA” dijo la Tierra, “y pasarán millones y millones de años y te conocerán”.

LUCA creció, tuvo tres hijos, a una le llamó Arquea, a la otra Bacteria y a la tercera Eucariota. Y ya todos sabemos el desenlace.

Esquema Original de Charles Darwin

Esquema Original de Charles Darwin

@CarlosLector